lunes, 27 de septiembre de 2010

Una ayuda del cielo

La pelota pegaba en el palo, la sacaban en la línea. Se jugaba, por momentos bien, se hacían meritos pero no se podía ganar. A veces, a la fortuna, hay que darle una ayuda. El Rojo no podía ganar desde hacía 4 partidos, tenía 6 puntos sobre 21 posibles. Algo había que hacer. Claro está, desde la lógica y la razón, afinar la puntería, buscar variantes, tener contundencia. Pero también hubo una ayuda extra en este triunfo ante Alem. Minutos antes del partido, con los jugadores ya cambiados para ingresar a la cancha, entró al vestuario el Padre Gustavo Palomeque, de la Iglesia Nuestra Señora de La Merced, habló con los jugadores y realizó una bendición. Lo cierto es que el Rojo hizo un buen partido y volvió a la victoria. El mérito fue de los jugadores y del cuerpo técnico, pero hubo un estímulo espiritual…