lunes, 8 de abril de 2013

LA ODISEA DE BENAVENTE

El defensor Nahuel Benavente debió dejar la cancha al finalizar el primer tiempo por un fuerte golpe sufrido en el tabique nasal. Y allí comenzó la odisea, ya que debió ser trasladado por la ambulancia del estadio a un hospital cercano, acompañado por el Dr. Cruz, mientras su padre se dirigió en su vehículo particular. Lo concreto es que el chofer de la ambulancia no sabía donde llevarlo y llegaron finalmente hasta el Hospital Piñero. Allí no se lo pudo atender ya que no había traumatólogo. Entonces se decidió regresar al estadio y volver a Ensenada para ser atendido en el Hospital Cestino.
Antes se dejó asentado en la planilla reglamentaria la mala atención recibida por el jugador, con un fuerte dolor en su tabique nasal.
Asimismo, el dato irregular es que la ambulancia dejó
la cancha al comenzar el segundo tiempo y el partido no tendría que haber continuado hasta que no regresara. El árbitro no se percató.
Por otra parte, en el nosocomio de Ensenada, se comprobó que el jugador no tiene fractura, pero si una desviación en el tabique. Por eso mañana, a las 17, será tratado por un especialista para determinar los pasos a seguir.