viernes, 8 de abril de 2016

UN FINAL CALIENTE Y BOCHORNOSO

Final caliente y bochornoso en el “12 de Octubre”. Se terminaba el partido y el Rojo cargaba por el empate. Vinaccia mandó un centro desde la derecha y el defensor visitante, Espínola (aunque el árbitro se le dio a Allende), metió un manotazo a la pelota que entró contra el palo izquierdo. Gol. Empate del Rojo. Fue lo que sancionó Antonio Amato. La reacción de los jugadores de Liniers y de su cuerpo técnico fue absurda. Reclamaban, en algunos casos, una supuesta falta de Presentado (que fue a buscar el centro) contra Espínola. Otros pedían que cobrara penal. Otros que cobrara algo (textual de las autoridades del partido). Lo cierto es que uno de los más exaltados fue el técnico Cesar Aguirre, quien la emprendió contra todo el que se cruzara por delante suyo. Incluso Carlos García, el correcto directivo de Camba, que se dedica a marcar los cambios. Tal fue el descontrol que generó el conjunto visitante, que ingresó al campo de juego, el titular de la seccional de Ensenada, que intentó calmar al entrenador de Liniers, que no entendía razones. En ese marco, hubo varios jugadores enojados. Una
botella de agua mineral fue arrojada desde el banco visitante a la tribuna. Además se produjo la expulsión del suplente Mendoza, quién, camino al túnel, salivó a los hinchas que se habían acercado al alambrado. El tumulto duró alrededor de siete minutos, hasta que se jugó el último minuto. Al final, los jugadores visitantes siguieron con la protesta. Ya después de la ducha, se fueron del “12 de octubre” sin hacer declaraciones a la prensa.

Hubo una clara incitación a la violencia de la delegación visitante que debería ser sancionada.