viernes, 26 de mayo de 2017

AQUEL CAMBACERES CON MEJOR PROMEDIO DE PUNTOS QUE EL BOCA DE BIANCHI

Si Carlos Bianchi fue bautizado como el Virrey de La Boca a fines del siglo pasado, en la ribera de la Ensenada de Barragán hubo otro conductor coronado doblemente con Cambaceres, un DT debutante en un plantel superior, Mariano Fernández.
La temporada 1998/99 de la AFA tuvo dos bicampeones, dos equipos que en la misma época no paraban de ganar, cada uno en su divisional. Boca Juniors presentó en el banco a Bianchi el 9 de agosto de 1998, con victoria ante Ferro (4 a 2) y el Rojo inauguró el ciclo de Fernández el 22 de ese mes, con triunfo ante Juventud Unida (2 a 0). Ambos estrenos de locales no presagiaban lo que pasaría al cabo de casi 40 partidos: iban a ganar Apertura y Clausura.
Para el arquero Alejandro Rojas, a los 41 años, es un gusto echarle un vistazo a esa campaña: “Nos conocíamos mucho de las Inferiores, que era la base del equipo, y sentíamos la camiseta. Unos cuantos éramos de la categoría 1975, llegamos libres de Gimnasia y antes habíamos tenido algún
torneo en divisiones juveniles en Camba. Incluso Mariano venía de trabajar con los pibes”. El “Tío” Rojas, comerciante y cocinero del Hospital de Romero, es padre de dos niñas (Victoria, de 10 años y Lourdes, de 6 meses).
Entre los que habían surgido de la cantera se encontraban Marcelo Chiappetta, Pablo Licht, Álvarez, Pablo Casado, Luis Monteporzi y Diego Zárate. Refuerzos hubo muy pocos: Manzini (Luján), Quaglia (Excursionistas) y
Bernald (Berazategui). Se conformó una línea ofensiva de temer, con Manzini, Casado, Bernald y Sánchez.
“Entrábamos y se sabía que ganábamos”, aseguró Lautaro Tarquino,  otrora temperamental número 2, quien terminó como jugador en Italia, donde nació su hijo Filippo, de 9 años.
Amadeo Carrizo, ahora un hombre de 39, que llegó para estudiar y jugar desde Tres Lomas, aquel 26 de mayo de 1999 metió el 1 a 0. “Un rechazo de Tarquino, que como tantas veces buscó a Casado. Era una de nuestras armas. Pablo me la bajó y entré para definir”, rememoró quien con el tiempo siguió jugando en ligas. A la cancha del Rojo no fue más, salvo una vez. Hoy es feliz dirigiendo fútbol infantil en Estudiantes y DIVE.
La charla los llevó a pasear por el tiempo, con apellidos hasta de periodistas que cubrían aquel gran equipo. Incluso evocaron a un señor que vivió debajo de las tribunas del 12 de Octubre. “¡Enrique!”, se acordó Fernández, con pronta anécdota de Tarquino: “Una vez paré con el auto para mirar el monolito que Cambaceres nos hizo y en el que figuramos todos los que alguna vez lo ascendimos, cuando de repente vino el tipo y me dio un abrazo como si uno fuera Maradona”.
El técnico tuvo que controlar la emoción cuando al trío se lo consultó por la forma de ser: “Enérgico”, “obsesivo”, “sin filtros”, lo describieron. Además, hubo mención especial para el preparador físico, Ariel Zwenger.
“No se jugaba muy bien, era más bien un equipo atildado y con gran dedicación. Llegamos a tener una racha de doce victorias seguidas”, contaron. Rojas agregó: “Nos cortó Colegiales, allá”, con otro detalle de Tarquino: “Ese día hubo piedrazos, me acuerdo que había ido mi abuela, con 90 años”.
Finalizando, a las carcajadas, el arquero le reprochaba al entrenador: “Me sacaste en el último partido para el segundo tiempo, sino hubiese atajado todos los partidos”.

FUENTE: Diario Hoy